«Es [el cristianismo] mi brújula y Jesús me ha dado el ejemplo. Muchas veces lucho, pero Él me ha dado la dirección a seguir, que es a Él».
«La práctica de mi fe ha variado con las distintas etapas de mi vida. Por ejemplo, en la universidad participaba más en grupos estudiantiles y evangelizaba en el campus. Las disciplinas espirituales que practicaba y la forma en que leía la Biblia también diferían».
«Intentar seguir el plan de Dios afecta totalmente a mi vida en cuanto a lo que quiero y por qué lo quiero. Además, tengo confianza al saber que Él cuida de mí. En la práctica, oro todos los días, voy a la iglesia cuando tengo ocasión, e intento leer y adorar todos los días.»
«Creo en predicar y compartir la fe de maneras que reflejen y se alineen con mi personalidad, no es mi personalidad predicar o hacer actividades puerta a puerta por lo que me sentiría incómodo con la idea y no sentiría que es auténtico o que Dios habla a través de mí.»
«Intento lo más que pueda de vivir las enseñanzas del Señor. Cambió debido a ciertas cosas que sucedieron en mi vida y que me hicieron darme cuenta de que hay un Dios que me guía a lo largo de todo mi camino.»
«Encontrar a las personas adecuadas que compartan los mismos objetivos puede ser un reto, pero disfruto cuando sucede».
«Me resisto a considerar que [las personas a las que mentorizo] son siempre menos maduras que yo. Como miembros de un cuerpo, necesito al miembro 'más débil' tanto como ellos me necesitan a mí, así que siempre es para edificación mutua. Actualmente no soy 'mentor' pero asisto a un estudio bíblico donde en cierto sentido nos enseñamos y mentorizamos mutuamente. A veces enseño y a veces me enseñan».
«Compartir mi fe y mi testimonio con los demás y ayudarles a seguir el camino de la luz. ... Hizo que mi vida tuviera más sentido y ayudar a los demás me dio felicidad».
«Me encantaría compartir el Evangelio con la gente, pero no tengo muchos dones para hacerlo. Oro para que Dios obre en quienes me rodean y también deseo una puerta abierta para hacerlo bien.»